viernes, 15 de diciembre de 2006

Habilidades a desarrollar en Ed. Física en el ámbito personal.

Aprender a tomar responsabilidades en un equipo de personas, a sobreponerse a los obstáculos y a ser más tolerante con los demás y con uno mismo. Cualidades como éstas no pueden inculcarse en los niños con dictados ni con discursos. Y son sin embargo, las habilidades que más se valoran en el mundo adulto. La educación física, una asignatura que muchos ven simplemente como una manera de ejercitar los músculos, constituye una herramienta vital para el desarrollo de la personalidad.

La capacidad de comunicarse correctamente, tomar decisiones rápidas en un entorno cambiante, de mantener la sangre fría en episodios estresantes, forman parte del perfil de las personas que tienen más posibilidades de cumplir sus metas y ser felices. No son raros los casos de personas que siendo alumnos brillantes, al salir de la universidad se ven sobrepasados por situaciones que exigen de ellos un comportamiento emocional que no adquirieron en la sala de clases.

Es en ese sentido que la educación física cumple un papel de primer orden. La asignatura es trasversal a toda la vida de estudiante, es prepararse en forma sistemática para tener un mejor resultado, con la ganancia de que tu cuerpo se mantiene en movimiento, lo que lleva a una mejor calidad de vida y desarrollo

A través de los juegos y la actividad física los niños aprenden a socializar, a respetar reglas para superar exitosamente situaciones muy parecidas a las de la vida adulta: saber ganar, aceptar perder, ser capaces de entender por qué algo no surte el efecto esperado.

La educación física apoya claramente el desarrollo de la personalidad del niño pues a veces puedes ver a un adulto ofuscado por no lograr imponer sus criterios. A través del deporte el niño logra moldear esto, y aprende a manejar las situaciones adversas sin hacer pataletas.

La perseverancia es otra de las capacidades que incentiva la educación física. Los tienen que ser capaces de ponerse una meta y lograrla en un tiempo determinado. Los resultados son más notorios en los alumnos que practican un deporte con regularidad. Baste como ejemplo el hecho de que el 75% de los estudiantes con mejor promedio del colegio son seleccionados de fútbol y atletismo

Este sector está orientado al desarrollo corporal del educando en un concepto de salud integral y de fortalecimiento de capacidades para favorecer el desarrollo físico y psicológico general. Responde a la necesidad de desarrollar las capacidades físicas mediante la educación de la motricidad de la persona y una práctica equilibrada y diversificada de la actividad física y deportiva, sustentada en una comprensión de su sentido y utilidad.

Todo ello, en el contexto de preocupación por el manejo y cuidado del cuerpo, la salud, la motricidad y el desarrollo emocional y social.

En particular, el sector favorece todas aquellas actividades que apoyan un mejor desarrollo del esquema corporal, el perfeccionamiento (aislado y combinado) de las formas básicas de movimiento y la coordinación (estática, dinámica, general y específica) requerida por el desarrollo corporal armónico, el ajuste postural, y el desempeño de los educandos en los juegos y actividades cotidianas propias de la edad.

Es importante destacar que como se trata de incentivar el uso del aparato locomotor en beneficio de la salud personal, las metodologías de trabajo del sector deben concebirse para atender a todos los alumnos y alumnas sin excepción, incluyendo aquellos que puedan estar afectos a inhabilidades físicas. Por lo mismo, la actividad deberá adecuarse a la capacidad potencial de cada alumno, generando en todos ellos el hábito del ejercicio físico y de la práctica deportiva. Son criterios generales orientadores de las actividades de este sectorde aprendizaje:

La promoción de la actividad física y un estilo de vida saludable, para lo cual los alumnos deben ser orientados a realizar actividad física y participar en actividades que desarrollen su salud, flexibilidad, fuerza muscular y resistencia

El desarrollo de actitudes personales y sociales positivas, para lo cual deben ser orientados a observar y cumplir con las convenciones de la buena conducta deportiva, aprender a manejar con equilibrio y madurez los éxitos y limitaciones en sus desempeños, y a valorar el trabajo en equipo y sus aspectos de cooperación, lealtad y dedicación a la tarea común

El desarrollo de criterios de seguridad y de higiene y la importancia de reconocer y seguir reglas y procedimientos, así como el uso de equipo, en la práctica física

La apropiación por los alumnos del medio natural, sintiéndose a gusto en él y responsables por su cuidado.

Si nos damos cuentas todas estas capacidades son entregadas a través de los objetivos fundamentales propio de la actividad física, pero que sin embargo son aplicables a otras asignaturas o a cualquier circunstancia o aspecto de la vida. De esta manera, siendo aplicadas en forma correcta, pueden contribuir con la formación de calidad que el día de hoy pretendemos en chile.

Referencia:

* /www.ilustrados.com/publicaciones/EEuFVVuFZZIsWqVRxp.php, en el de la emociones

Educación en un nuevo milenio

El desarrollo económico, político y social de Latinoamérica, que siguiendo la ola de globalización y vanguardia mundial, procura mantenerse actualizada y formar parte activa del avance de la ciencia y la tecnología con la finalidad de que nuestros países puedan salir del subdesarrollo y el "tercer mundo", ha llevado a quienes hacemos Educación, hacernos conscientes de nuestra realidad social como demandante un cambio, de manera profunda, ir a las raíces, para así poder acceder a la transformación de nuestra ideología pasando de ser subdesarrollados, receptores de cambios y aportes que otros realizan, para convertirnos en forjadores de personalidades que puedan dar solución a los problemas actuales, que puedan tomar decisiones oportunas, realizar autogestión de desarrollo y progreso, con habilidades y valores que nos lleven a hacer frente a nuestra realidad, pero con el optimismo y creatividad de buscar un futuro mejor para nuestras naciones; por ello, docentes y directivos tenemos el compromiso de realizar nuestra tarea con seriedad, respeto y en un contexto de profesionalización del proceso pedagógico, empezando por el cambio de paradigmas. Aplicando en nuestro diseño curricular las nuevas tendencias de la pedagogía contemporánea como es el uso adecuado de una metodología sobre la base de las necesidades planteadas, dando énfasis al trabajo investigativo y con un enfoque de evaluación y autoevalaución que parte del estudiante hasta quienes hacemos gerencia educativa, pues nuestras universidades y cada uno de nosotros que las conformamos, tenemos un reto por delante, responder a una demanda creciente de nuestra sociedad y de esta manera estudiantes y docentes ser protagonistas del presente y futuro de nuestro país y continente. Desde tiempos inmemoriales el mundo esta teniendo cambios profundos y apresurados, muchas veces estos cambios son provocados por la invención de nuevas tecnologías de parte del hombre, otras por factores climáticos y geológicos y otras tantas por las grandes guerras que han azotado a nuestro planeta.

El estudiante no es un miembro receptor sino un agente activo que se interrelaciona con todos sus componentes intrínsecos subjetivos frente a la realidad extrínseca u objetiva en el devenir diario, no solamente como estudiante sino como miembro de una comunidad estudiantil, familiar y social.

Los maestros debemos tener presente que trabajamos con personas únicas e individuales, que ya traen una historia que va a influir en la forma como esos estudiantes responden al nuevo modelo de aprendizaje que les queremos transmitir. No es solamente el estudiante quien debe ser tomado en cuenta en este modelo dialéctico de conocimientos previos y nuevos, sino también nosotros como maestros en una actualización continúa de enriquecimiento mutuo estudiante- profesor y nuestros propios conocimientos previos.

Si nuestros paradigmas educativos cambian, pues entonces toda la planificación del proceso pedagógico también cambia y con ello la metodología, las técnicas, el sistema de evaluación y por supuesto los medios más eficaces que nos van a permitir optimizar nuestro tiempo y labor educativa, haciendo un uso acertado de la tecnología en el ámbito educativo.

Existen muy buenas predicciones de la revolución que ocasiona la tecnología en la educación, y ésta última en su interés de lograr una mayor eficiencia ha hecho uso de la tecnología y así poder alcanzar sus objetivos. Si bien es cierto que en un momento se pensó que la tecnología podría reemplazar al profesor, sin embargo la práctica demuestra que para lograr el uso adecuado y alcanzar los objetivos planteados, el proceso educativo no se lo puede despersonalizar, la instrucción por lo tanto deberá ser mediatizada por el profesor el cual impulsa el desarrollo de valores y habilidades de aprendizaje requeridas, también es el que está en condiciones de favorecer la motivación, seguimiento y evaluación del proceso educativo caracterizado primordialmente por la interrelación estudiante-maestro.

Aquí es donde observamos un nuevo paradigma, el de los cambios tecnológicos y comunicacionales, en donde el niño y joven de hoy se manejan perfectamente, y pasan a ser ellos mismos los descubridores y creadores de su aprendizaje, sin olvidar obviamente el rol del docente el cual es ser un orientador y guía. Es por esto que este paradigma llego para instalarse en hogares y aulas, y será regido por los constantes cambios y avances tecnológicos, que le harán la vida y el aprendizaje cada día mas fácil y económico a nuestros alumnos.



Referencias:

* www.unicef.org/voy/discussions/showthread.php?t=3017 - 124k -
* GESTION ESCOLAR: DE BRUNNER

COMPETENCIA SOCIAL EN LA ESCUELA

BASES PARA DESARROLLAR LA COMPETENCIA SOCIAL EN LA ESCUELA

1.- LA COMPETENCIA SOCIAL

La “competencia social” es una expresión que engloba dimensiones cognitivas y afectivas positivas que se traducen en conductas congruentes valoradas por la comunidad. Estos comportamientos hábiles favorecen la adaptación, la percepción de autoeficacia, la aceptación de los otros y los refuerzos agradables, es decir, el bienestar. De acuerdo con el modelo biopsicosocial vigente se puede afirmar incluso que la competencia social es un indicador social de salud mental.

El concepto que nos ocupa, por otra parte, está muy ligado a la cultura. De esta suerte, la persona que es catalogada de competente socialmente en Occidente, puede recibir una calificación muy distinta en Oriente. Como en tantos otros aspectos, los criterios de evaluación de la competencia social varían considerablemente según la cultura. En relación con este punto, la educación intercultural de nuestros días debe ser sensible a esta especificidad de la competencia social, pues de lo contrario se puede incurrir en graves errores al valorar el comportamiento de niños y adolescentes. El multiculturalismo acelerado que se está operando en la institución escolar ha de acompañarse de significativos cambios en los procesos formativos. Es urgente, por ejemplo, que los educadores reciban preparación intercultural que les capacite para comprender y desarrollar la personalidad básica de los educandos con quienes se relacionan. El desconocimiento o la incapacidad para promover la competencia social puede generar problemas de toda índole: fracaso escolar, inadaptación, ansiedad, enfrentamientos, etc.

No es extraño que los autores hablen indistintamente de “competencia social” y de “habilidades sociales”. Nosotros mismos no excluimos la posibilidad de manejar ambas expresiones como sinónimas. No obstante, conviene matizar que la primera locución tiene un sentido más abarcador; de hecho, las habilidades sociales pueden incluirse dentro de la competencia social (Trianes, Muñoz y Jiménez (2000, 17).

Algunos componentes de la competencia social son:

-Habilidad.- La habilidad es la capacidad y la destreza para realizar algo. En la habilidad hay una vertiente cognitiva y otra conductual. En el ámbito de la psicología clínica, sobre todo de la terapia cognitivo-conductual, cuenta con cierta tradición el concepto de “habilidades sociales” que designa un amplio conjunto de acciones que permiten a las personas iniciar y mantener relaciones saludables con los demás. Aunque hace años se destacaba principalmente la vertiente observable de las habilidades sociales, en la actualidad también se reconoce la importancia de la dimensión cognitiva.

Para que podamos hablar de habilidades sociales es preciso que estas destrezas sean beneficiosas y satisfagan, es decir, han de enmarcarse en un comportamiento aceptado y valorado socialmente que nada tiene que ver con la manipulación engañosa y malsana.

Las habilidades sociales son necesarias para la plena adaptación vital. El entrenamiento en este tipo de destrezas ayuda a superar el aislamiento, la inseguridad, la timidez y las conductas antisociales. En el ámbito educativo cada vez se diseñan más programas de habilidades interhumanas encaminados a prevenir deficiencias comunicativas y a garantizar las óptimas relaciones con los demás. Se pretende, por ejemplo, que los alumnos sean eficaces al conversar, solicitar información, defender sus derechos, hacer elogios, resolver situaciones, participar en grupos, etc.

Las habilidades sociales se adquieren sobre todo a través del aprendizaje, de ahí que se deba favorecer la observación, la información y la motivación, al igual que la presencia de modelos adecuados. Es positivo animar y reforzar a los educandos por sus progresos, aunque parezcan insignificantes. De igual modo, hay que generar situaciones adecuadas para las relaciones interpersonales según las características de los participantes.

- Objetivo.- Es la meta a la que se dirigen las personas en sus interacciones sociales. En el ámbito escolar, los objetivos dirigen las acciones de los alumnos y su amplitud dificulta su clasificación. Es fácil suponer, empero, que muchas de las metas de los escolares tienen que ver con reclamar la atención de compañeros y educadores, el deseo de agradar, la obtención de buenas calificaciones, etc.

- Estrategia.- Son los planes de acción que se encaminan a alcanzar los objetivos. Las estrategias son reguladas por el propio sujeto y pueden modificarse a través de la educación; pensemos, por ejemplo, en la ayuda que brinda un niño a un compañero con la intención de iniciar una amistad, en la realización de deberes para aprobar la asignatura, etc. Con el paso del tiempo, las estrategias, siguiendo el curso propio del desarrollo, se tornan más elaboradas y positivas, salvo que haya alguna patología o el alumno carezca de experiencias sociales enriquecedoras.

-Situación.- La realidad social condiciona las relaciones de los escolares. Tanto la situación objetiva como la subjetiva influyen en los objetivos y estrategias de los alumnos. La competencia social se adquiere y desarrolla merced a las experiencias positivas que el niño halla en el ámbito familiar, escolar y social. El contacto con sus pares y educadores favorece la adquisición de comportamientos, pues el niño aprende de los modelos que observa, de sus propias acciones y de los refuerzos que obtiene. La importancia de la situación social lleva a resaltar la necesidad de establecer en los centros escolares un clima educativo apropiado, esto es, presidido por la cordialidad, el respeto y la confianza, que permita el establecimiento de relaciones positivas al realizar actividades académicas, deportivas, lúdicas, etc.

La competencia social, erigida sobre la capacidad cognitivo-emocional y relacional del sujeto, explica el desarrollo saludable de la personalidad y la adaptación a distintos ámbitos. Merced a la familia y a la escuela los niños y adolescentes despliegan su competencia para la comunicación y la interacción social. El clima que se promueva en el hogar y en el centro educativo condiciona la estructura relacional del menor, sin que pasemos por alto que la forma definitiva que ésta adopte depende también de factores disposicionales anclados en la personalidad del educando. Con todo, el hecho incontestable de que la competencia social no constituye una realidad estática establecida desde el nacimiento nos lleva a interesarnos por los cauces educativos que permiten su enriquecimiento. Con carácter práctico, resulta conveniente desarrollar en niños y adolescentes un comportamiento prosocial que les permita manejarse satisfactoriamente en las cada vez más complejas relaciones interpersonales. Para Moraleda (1995, 9-10), el fomento de la competencia social pasa por prestar atención a dos tipos de componentes: 1) el comportamiento positivo, en el que se enmarcan tanto los aspectos internos, v. gr., pensamientos y sentimientos que predisponen a la interacción con los demás como las acciones manifiestas que posibilitan las relaciones, y 2) el aprendizaje de estrategias o habilidades de interacción social apropiadas según las distintas situaciones. Por su parte, Moraleda et alii (1998, 7-8), proponen un modelo teórico de competencia social en adolescentes integrado por variables actitudinales y cognitivas. Entre las primeras hay que distinguir tres factores: prosocial (facilitador de las relaciones), antisocial (destructor de las relaciones), y asocial (inhibidor de las relaciones). En las variables cognitivas se hallan igualmente tres factores: uno relacionado con la percepción social de los adolescentes, otro con sus estilos cognitivos y el tercero con las estrategias cognitivas empleadas en la solución de problemas sociales. Aunque descrito con brevedad, se advierte fácilmente que del modelo de estos autores se derivan implicaciones evaluadoras y formativas.

2.- MEJORA DE LA COMPETENCIA SOCIAL

Si en el apartado anterior hemos procurado iluminar el concepto de competencia social, ahora nos proponemos describir algunos canales que permiten mejorarla. Dado que la competencia social es una estructura compleja en la que participa toda la psique, reflexionamos sobre distintos aspectos que coadyuvan a su optimización. Nos interesa mostrar a los educadores y orientadores algunas vías que les permitan desarrollar en los educandos un comportamiento -interno y externo- positivo y hábil. La intervención educativa encaminada a potenciar la competencia social es recomendada para todo tipo de alumnos, no sólo para los que presentan algún problema. Indudablemente los alumnos tímidos, ansiosos, agresivos, etc., se pueden beneficiar considerablemente de programas sistemáticos encaminados a promover la competencia social. Es cierto que, en sus orígenes, esta modalidad de intervención se circunscribía al ámbito clínico, pero en la actualidad se ha extendido al mundo educativo. Una vez más, hay que insistir en que el creciente reconocimiento y afianzamiento de psicólogos, psicopedagogos y pedagogos en la institución escolar es de gran ayuda en el campo de trabajo que analizamos.

La competencia social en el aula y en el centro puede trabajarse a partir de cinco pilares:

2.1.- LA EMPATÍA

No hay acuerdo pleno al definir la empatía; sin embargo, como afirma Roche (1995, 141), lo habitual es que al analizar el concepto se distingan dos componentes: el cognitivo y el afectivo. En efecto, en la empatía se hallan implicados procesos racionales y emocionales, ya que nos permite comprender a los demás generalmente en lo que se refiere a sus estados de ánimo. La empatía, por tanto, es la capacidad para ponerse en el lugar del otro. Gracias a la empatía nos adentramos en la realidad personal de los demás.

La habilidad para reconocer los estados anímicos ajenos requiere sensibilidad, comprensión, destreza perceptiva, capacidad para adoptar distintos papeles sociales y madurez. La empatía es el punto de partida de las relaciones sociales positivas y aun del altruismo.

El cultivo de la empatía exige al profesional de la educación madurez, equilibrio, sensibilidad y apertura. La personalidad del educador empático se halla muy alejada del docente inseguro, dogmático o autoritario. La educación es encuentro dialógico caracterizado por la comprensión interhumana y el crecimiento personal. Profesores y orientadores deben adoptar una actitud de entendimiento hacia el educando necesaria para progresar académica y personalmente. El apoyo psicológico que el alumno recibe contribuye significativamente al desarrollo de la competencia social.

2.2.- LA ASERTIVIDAD

En psicología se dice que una persona es asertiva si está segura de sí misma, se expresa con claridad, se comporta autoafirmativamente y evita ser ignorado por los demás. La persona asertiva es capaz de superar obstáculos y de desempeñar su propio papel. Como afirma Roche (1995, 164), la asertividad permite a la persona expresarse libre, directa, sincera y adecuadamente con cualquier interlocutor. La asertividad es una habilidad social que refleja la energía vital y lleva al sujeto a perseverar hasta conseguir sus metas realistas y positivas.

En la institución escolar, la praxis psicoeducativa para favorecer la asertividad puede tener un carácter preventivo de comportamientos desadaptados o de optimización de la capacidad relacional del alumno. A menudo el entrenamiento en asertividad facilita la integración en el grupo, canaliza la agresividad y evita otras conductas inadecuadas. Este tipo de intervención contribuye favorablemente al ajuste del educando, pues potencia sus recursos para expresar sentimientos; solicitar algo; rechazar propuestas inoportunas; iniciar, mantener y finalizar conversaciones; defender los propios derechos, etc. Habitualmente hay que analizar y, en su caso, trabajar aspectos tales como el contacto visual, la postura corporal, la distancia interpersonal, la mímica del rostro, el ritmo al hablar y el tono de voz.

Con finalidad pragmática describimos sumariamente a continuación algunas técnicas para mejorar la asertividad en las discusiones con otras personas (Castanyer 1996, tomado de Luca de Tena et alii 2001, 115-118):

1.- Técnica del “disco rallado”.- Consiste en repetir el mensaje de forma convincente y pacífica, hasta que la otra persona abandone su posición.

2.- Banco de niebla o claudicación simulada.- Se da la razón al interlocutor, sin entrar en polémica. Al no plantear un enfrentamiento, la otra persona puede moderar su actitud, al tiempo que se lanza el mensaje positivo de que se reflexiona y hay propósito de mejorar el comportamiento.

3.- Aplazamiento asertivo.- Es una técnica recomendable para personas inseguras o que se encuentran en situaciones confusas. Se busca tiempo para aclararse. Así pues, se pospone la respuesta o decisión hasta que haya mayor control.

4.- Técnica para procesar el cambio.- Se desplaza el foco de la discusión hacia el análisis de lo que está sucediendo. Equivale a mirar “desde fuera” y con objetividad lo que ocurre. Las preguntas siguientes ilustran el propósito de esta técnica: ¿Por qué discutimos?, ¿qué nos sucede?, etc.

5.- Técnica de ignorar.- Se trata de no entrar en la polémica o en la provocación. Con tono de voz moderado se dice al interlocutor que no se quiere discutir, al tiempo que se demanda tiempo para reflexionar.

6.- Técnica del acuerdo asertivo.- Se reconoce la parte de responsabilidad, pero no se acepta la manera de expresar enfado de la otra persona. Esta técnica permite enviar el mensaje de que una falta cometida no ha de llevar a generalizaciones.

7.- Técnica de la pregunta asertiva.- Consiste en presuponer las “buenas intenciones” de la persona que critica, al margen de que verdaderamente sea así. Por medio de preguntas se intenta obtener información sobre las causas del enfado del otro. A menudo este tipo de acción provoca desconcierto en el interlocutor, pues quizá esperaba protesta.

Finalizamos este apartado señalando que para que las técnicas mencionadas den sus frutos han de utilizarse en un contexto educativo que favorezca la expresión y la comunicación. Los procedimientos descritos, lejos de encorsetar la formación, deben enriquecerla.

2.3.- LA AUTOESTIMA

La noción de “sí mismo” es central para la psicología humanista en consonancia con la filosofía fenomenológica. Para los psicólogos humanistas la autoestima es el aspecto nuclear de la personalidad, hasta el punto de que si una persona se acepta avanzará en su proceso de maduración y autorrealización.

Para Branden (1995, 21-22) , la autoestima es la experiencia básica de que podemos llevar una vida plena y cumplir sus exigencias. Por mi parte, considero que la autoestima es condición sine qua non de la heteroestima. Sin una valoración positiva de uno mismo es difícil superar los obstáculos y los conflictos interpersonales. La autoestima supone, desde el conocimiento de las capacidades y flaquezas que se poseen, una aceptación positiva, realista y equilibrada de uno mismo como requisito para vencer los escollos, enriquecerse personalmente y respetar y experimentar sentimientos favorables hacia los demás (Martínez-Otero 1999, 58-59; 2000, 66).

De acuerdo con planteamientos psicopedagógicos actuales, enuncio algunas vías para potenciar la autoestima en la escuela:

- Aceptar y respetar al educando, así como reconocer sus posibilidades y limitaciones.

- Crear un ambiente agradable y de confianza.

- Favorecer la iniciativa del escolar, estimular la exploración y el descubrimiento.

- Definir con claridad los objetivos y comprometer a los alumnos en su logro.

- Tener expectativas realistas y positivas sobre las posibilidades de los alumnos.

- Permitir que los alumnos se expresen.

- Cultivar la empatía, lo que equivale a ponerse en el lugar del alumno, aceptarle y comprenderle.

- Hacer juicios positivos sobre los alumnos y evitar los negativos.

2.4.- COMUNICACIÓN

Trianes, De la Morena y Muñoz (1999, 22-23) señalan acertadamente que las capacidades comunicativas de niños y adolescentes juegan un relevante papel en la competencia social. Estas autoras, siguiendo a Duck (1989), describen varios niveles en la “competencia comunicativa”:

- Habilidades básicas no verbales.- Actúan como prerrequisitos en la conversación y en la interacción comunicativa. Estas habilidades dependen de los valores y usos sociales de los contextos culturales, al igual que de la edad y el tipo de interacción. En este primer nivel hallamos, por ejemplo, el contacto ocular y los gestos.

- Competencia en conversaciones.- Tiene que ver con el atractivo de la persona, su capacidad para despertar el interés de alguien hacia la conversación. Se ha comprobado que niños y adolescentes solitarios suelen carecer de este atractivo, pues sus preguntas son pobres, no dan señales reforzantes al que habla, etc. Los alumnos que carecen de habilidades conversacionales están más expuestos a la discriminación o al rechazo, sobre todo porque no despiertan el interés entre sus compañeros.

- Habilidades lingüísticas y de persuasión.- Equivalen a tener aptitud verbal y a conocer las reglas que controlan diversos tipos de situaciones conversacionales, según se trate de encuentros formales (realizar una exposición oral en clase, solicitar una revisión de examen, etc.) o privados (expresiones de amistad, diálogo entre compañeros, etc.).

Es indudable que el clima socioeducativo y el desarrollo personal del educando dependen, en buena medida, de la calidad de la comunicación. Train (2001, 129), por ejemplo, recuerda que gran parte de la frustración que experimentan los alumnos agresivos tiene su origen en que no se comunican de modo eficaz.

López Valero y Encabo (2001, 21), por su parte, dan cuenta del malestar expresado por algunos educadores respecto a las dificultades de comunicación con niños y adolescentes. Estos autores ofrecen variadas actividades y recomendaciones prácticas para acrecentar la competencia comunicativa del educando a partir de habilidades lingüísticas básicas: hablar, escuchar, escribir y leer. No ha de soslayarse, sin embargo, que la constatación de que cualquier comportamiento es potencialmente comunicativo ha de traducirse en atención educativa a la vertiente verbal y no verbal de la comunicación. El fracaso de muchas acciones encaminadas a la mejora de la comunicación ha de atribuirse precisamente al descuido sistemático de una de las dos modalidades, generalmente la no verbal.

2.5.- DESARROLLO MORAL

El crecimiento moral está muy vinculado con el desarrollo de la competencia social y emocional. Se ha encontrado, por ejemplo, una relación positiva entre comportamiento moral y ser acogido por los compañeros, y relación negativa entre agresividad y aceptación (Jiménez 2000, 73-75).

Es evidente que la capacidad de los alumnos para adscribirse voluntariamente al “bien”, interesarse por los demás y rechazar en sí mismos o en otros las acciones orientadas a producir daño son requisitos del intercambio positivo y convivencial.

En la actualidad el interés por la educación moral resurge, quizá por el anquilosamiento o retroceso del comportamiento humano en el ámbito cívico y social. Aunque se ha avanzado considerablemente en el plano tecnológico, el debilitamiento de la convivencia se observa en todos los ámbitos. Sea como fuere, el desarrollo en el educando de capacidades, actitudes y valores que le permitan obrar rectamente de acuerdo a principios éticos ha de constituir en nuestro tiempo un objetivo educativo principal.

Moreno y Torrego (1999, 47) recogen las contribuciones entreveradas de algunas teorías sobre el desarrollo moral que explican algunos comportamientos potencialmente conflictivos de adolescentes:

- El egocentrismo o exagerada exaltación de la personalidad, que dificulta la adopción de puntos de vista diferentes al propio. Es el resultado de un pobre desarrollo cognitivo.

- No alcanzar lo que, en expresión piagetiana, se conoce como “operaciones intelectuales abstractas”. Este “retraso intelectual” se traduce en menor capacidad de reflexión, análisis y crítica.

- Tendencia a los prejuicios y estereotipos. La inmadurez moral se traduce en dogmatismo y “relativismo moral”.

Por tanto, es necesario promover la maduración cognitiva y moral, si de verdad se quiere avanzar hacia la convivencia escolar. Con esta pretensión menciono los procedimientos ofrecidos por Hersh, Reimer y Paolitto (1988, 155-157) para planificar el currículum de educación moral:

- Conocer y comprender los fundamentos teóricos de la praxis educativa.

- Identificar temas morales en el currículum.

- Relacionar los contenidos morales con la vida de los alumnos.

- Emplear materiales que fomenten la asunción de roles (para superar el egocentrismo).

- Presentar a los alumnos estructuras de razonamiento más adecuadas.

- Animar a los alumnos a involucrarse en el desarrollo del programa moral.

- Trabajar colegiadamente. Se requiere la participación de todo el claustro.

- Valorar los pasos que se van dando.

- Utilizar material variado, no sólo manuales escolares.

- Brindar a los educandos oportunidades para que transfieran lo aprendido a la acción.

No hay un único conjunto de canales de desarrollo moral; de ahí que cada educador deba (re)elaborar las propuestas de modo que se adapten a las características y necesidades de los alumnos. El desarrollo de la moralidad comporta, además de instrucción moral y ayuda para que el educando abrace desde la libertad valores universalmente deseables, un ambiente institucional presidido por la ética.

* * *

Las cinco dimensiones analizadas, siquiera sea en apretada síntesis, ilustran el tipo de intervención educativa que permite alcanzar una escuela de convivencia. Se sabe que los escolares que manifiestan conductas antisociales suelen presentar deficiencias en las relaciones interpersonales, lo que hace especialmente aconsejable la incorporación de comportamientos alternativos orientados a favorecer la comunicación interhumana. La competencia social que defendemos en este artículo es, en rigor, prosocial, toda vez que se encamina a promover, en la línea de lo defendido por González Portal (1995, 36), acciones sociales positivas. Por tanto, no se trata sólo de favorecer determinadas habilidades que aseguren el desempeño social de la persona, sino de que ésta dirija desinteresadamente su comportamiento al beneficio de la comunidad.

3.- CONCLUSIONES

En este trabajo nos hemos ocupado de la mejora de la “competencia social” por cuanto se trata de una de las vías apropiadas para prevenir conflictos, resolverlos y poner al educando en disposición de obrar rectamente. Las consideraciones realizadas se inscriben en un marco psicopedagógico que armoniza la vertiente intelectual y emocional de la persona, pues se pretende enriquecer tanto el pensamiento como la afectividad. Según queda recogido en el texto es necesario favorecer de manera equilibrada y entreverada los aspectos cognitivos y emocionales en el educando que se traduzcan en una mayor responsabilidad y en un compromiso firme con la convivencia. La escuela de hoy debe asumir con urgencia, aunque sin precipitaciones, este reto.

Las acciones educativas no deben realizarse deslavazada o esporádicamente, so pena de movernos en una “pedagogía de la emergencia”. Frente a decisiones aceleradas o improvisadas, se recomienda mejorar la competencia social desde la escuela de manera continua e integral, sin esperar a que los problemas hagan su aparición. Las propuestas de optimización del comportamiento han de ser respetuosas de la psicología del desarrollo y debe enfatizarse el crecimiento personal durante el proceso, no tanto la búsqueda de productos o resultados cuantificables. Es innegable, empero, que la formación en competencia social se traduce en equilibrio y bienestar. Es común señalar que la capacidad de relación interhumana reporta numerosas ventajas entre las que se pueden destacar las siguientes: superar el retraimiento, canalizar la agresividad, aumentar la colaboración, incrementar la autoestima y la valoración de los demás, así como mejorar la comunicación, la asertividad y la empatía.

Nuestro mundo se transforma a gran velocidad, aunque no parece que los cambios que se producen tengan signo positivo. La comunicación, a pesar del aumento de medios, se debilita; la prisa se impone; la rivalidad se incrementa; la desnaturalización del entorno se extiende y, cómo no, la angustia se instala en el corazón del hombre contemporáneo. La institución escolar no es ajena a estas mudanzas y los numerosos males que la golpean debilitan la convivencia -requisito de la educación-. La competencia personal (individual y social) es la asignatura pendiente de nuestro tiempo: se educa para la comunicación y la paz desde la concordia. La intervención educativa encaminada a favorecer en niños y adolescentes el conocimiento de sí mismos y de los demás, la ayuda, la cooperación, la moralidad, etc., tiene un enorme valor preventivo de conductas antisociales, pero constituye sobre todo un genuino compromiso con la formación humana. Ha de evitarse, pues, convertir la optimización de la competencia social en meras técnicas de modificación cognitivo-conductual, que no harían sino robotizar o automatizar la educación La competencia social que aquí se propugna se enmarca en un clima educativo personalizado que ha de construirse desde los primeros años para que, merced a la permeabilidad del niño, cale en su ser y le constituya. Como es natural, también cabe promover la competencia social por medio de actividades y estrategias planificadas ad hoc en momentos de crisis. Todas estas vías y tareas son apropiadas y necesarias, pero indudablemente es mucho mejor enfatizar la vocación personalizadora de toda la vida educativa.

Si, de acuerdo a lo expuesto en otro trabajo (Martínez-Otero 2001), la perspectiva cuatripartita integrada por la imbricación de las dimensiones cognitiva, afectiva, social y ética permite sistematizar la praxis educativa encaminada a resolver conflictos, fácilmente se deduce que la convivencia vendrá marcada por la superación del umbral óptimo en los cuatro módulos. Así pues, cualquier método que pretenda incrementar la competencia social debe atender armónicamente las vertientes mencionadas. Desde mi punto de vista, los cinco aspectos básicos -empatía, asertividad, autoestima, comunicación y desarrollo moral- descritos en este artículo satisfacen el objetivo y creo que, en mayor o menor grado, han de estar presentes en cualquier programa destinado a desarrollar la competencia social.

Esperemos, en fin, que en los centros escolares se vaya tomando conciencia de la necesidad de promover la competencia social de los educandos como senda que permita avanzar hacia la convivencia.

Valentín Martínez-Otero

Área de Enseñanza de Psicología, C.E.S. “Don Bosco”

C/ María Auxiliadora 9 - 28040 Madrid

valenmar@cesdonbosco.com

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

- BONET, J.V. (1994): Sé amigo de ti mismo. Manual de autoestima, Santander, Sal Terrae.

- BRANDEN, N. (1995): Los seis pilares de la autoestima, Barcelona, Paidós.

- DUCK, S. (1989): “Socially competent communication and relationship development. En B.H. Schneider, G. Attili, J. Nadel y R.P. Weisberg (eds.): Social competence in developmental perspective (pp.91-106). Dordrecht: Kluwer Academic Publishers.

- GONZÁLEZ PORTAL, M.D. (1995): Conducta prosocial: evaluación e intervención, Madrid, Morata.

- JIMÉNEZ, M. (2000): Las relaciones interpersonales en la infancia. Sus problemas y soluciones, Málaga, Aljibe.

- LÓPEZ VALERO, A. y ENCABO FERNÁNDEZ, E. (2001): Mejorar la comunicación en niños y adolescentes, Madrid, Pirámide.

- LUCA DE TENA, C., RODRÍGUEZ, R. I. y SUREDA, I. (2001): Programa de habilidades sociales en la enseñanza secundaria obligatoria, Málaga, Aljibe.

- MARTÍNEZ-OTERO, V. (1999): Temas de nuestro tiempo: psicología, educación, sociedad y calidad de vida, Madrid, Fundamentos.

- MARTÍNEZ-OTERO, V. (2000): Formación integral de adolescentes. Educación personalizada y Programa de Desarrollo Personal (P.D.P.), Madrid, Fundamentos.

- MARTÍNEZ-OTERO, V. (2001): “Convivencia escolar: problemas y soluciones”, Revista Complutense de Educación, vol. 12, nº 1, págs. 295-318.

- MORALEDA, M. (1995): Comportamientos sociales hábiles en la infancia y adolescencia, Valencia, Promolibro.

- MORALEDA, M; GONZÁLEZ GALÁN, A. y GARCÍA GALLO, J. (1998): Actitudes y estrategias cognitivas sociales, (AECS), Madrid, TEA.

- MORENO, J.M. y TORREGO, J.C. (1999): Resolución de conflictos de convivencia en centros escolares, Madrid, U.N.E.D.

- ORTEGA RUIZ, R. (coord.) (2000): Educar la convivencia para prevenir la violencia, Madrid, A. Machado Libros.

- PORRO, B. (1999): La resolución de conflictos en el aula, Buenos Aires, Paidós.

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- TRIANES, Mª V.; DE LA MORENA, Mª L. y MUÑOZ, A. Mª (1999): Relaciones sociales y prevención de la inadaptación social y escolar, Málaga. Aljibe.

- TRIANES, Mª V.; MUÑOZ, A. Mª y JIMÉNEZ, M. (2000): Competencia social: su educación y su tratamiento, Madrid, Pirámide.

- ROCHE, R. (1995): Psicología y educación para la prosocialidad, Barcelona, Universidad Autónoma.

- TRAIN, A. (2001): Agresividad en niños y niñas, Madrid, Narcea.

El concepto que nos ocupa, por otra parte, está muy

Drogadiccion en la Juventud

Entrevista

Nombre: Susana Dennis Rojas de la Fuente

Edad: 16 años.

Genero: Femenino

Establecimiento ED.: Liceo A-1 de niñas Javiera Carrera.

Sentido de vida: Ser alguien exitoso en el futuro, lograr un bienestar social, laboral, y sentimental. Todo a través de los estudios.

¿Cuales son las problemáticas que enfrentas en este mundo global?

Se facilita mucho la obtención de información. Por lo que se disminuye el valor de la investigación personal debido a la facilidad con que se logra. También se pierde el sentido de desarrollo de trabajo propio, y esto provoca que pierdas el objetivo que te planteas en un principio. También se encuentran muchos distractores que me hacen perder el tiempo que he destinado para hacer cosas productivas para mi vida futura.

¿Cómo son los hábitos sexuales en los adolescentes de tu entorno?

En mi entorno cercano no es muy común, aunque es obvio que deben existir personas que tienen una vida sexual “activa”. En mi liceo las niñas tienen una visión de futuro que las lleva a ser mas consientes de los riesgos que conlleva tener una vida sexual activa en la adolescencia y de cómo podría afectar su proyecto de vida. En el liceo que voy, la familia de la mayoría de las alumnas tiene un rol fundamental.

¿Cómo es el consumo de drogas licitas e ilícitas en tu entorno?

El consumo de drogas licitas es muy común, tanto el cigarrillo como el alcohol. La mayoría opta por consumir estas drogas para sentir que dirigen su propia vida y para sentirse mas grandes; también por ganar algún estatus social. Con respecto a las drogas ilícitas en mi entorno no tengo conocimiento de que alguien consuma.

¿Cómo perjudica a tu entorno el consumo de drogas?

La mayoría de las jovencitas que consumen algún tipo de droga traen desde el comienzo una relación familiar con poca comunicación y generalmente tienen bajo rendimiento académico. Aunque socialmente son aceptadas por su alegría y carisma.

En base a la entrevista realizada, nos hemos dado cuenta que uno de los grandes problemas que enfrenta la juventud actual es la drogadicción. En base a esto diseñaremos un plan educativo que pueda ayudar a los jóvenes a enfrentar este flagelo de la sociedad. Para esto es necesario citar algunos datos:

  • Consumo de sustancias ilícitas: Casi uno de cada siete escolares ha consumido alguna droga ilícita en el último año; el consumo de marihuana continuó creciendo en los colegios a una tasa anual de 8,8% entre 1999 y 2004; alrededor del 3,5% de los jóvenes de entre 12 y 25 años se incorpora anualmente al consumo de marihuana[1].

PREVALENCIA DE VIDA

Corresponde a cualquier consumo realizado durante la vida de la persona, denominado también “experiencia con drogas en algún momento de la vida”.

En el cuadro 1 se presentan las tasas de consumo de drogas en escolares, según la prevalencia de vida para alcohol, cigarrillos, tranquilizantes, drogas ilícitas, tranquilizantes y estimulantes sin prescripción médica e inhalables. Cada una de las drogas es presentada por sexo y total, además de sus respectivos intervalos de confianza de 95%.

La prevalencia de vida de cualquier droga ilícita en población escolar alcanza a 22,2%. La mayor prevalencia de vida es la de marihuana, con 21,7%, seguida de cocaína con 5,7% y pasta base con casi un 5%. El éxtasis alcanza una prevalencia de vida de 3,3%. Entre los fármacos usado sin prescripción médica, la mayor prevalencia de vida se registra en tranquilizantes con 9,1% y luego los estimulantes sin prescripción médica con 5,9%. El uso de inhalables registra una prevalencia de vida de 7,9%.

Cuadro 1:

Prevalencia de vida en población escolar por tipo de drogas, según sexo,

total e intervalos de confianza del 95%[2].

En los últimos años, uno de los problemas que más ha venido preocupando a la opinión pública en general y muy especialmente a las familias, es el fenómeno de la drogadicción. Ya en 1994, una de las primeras investigaciones realizadas en la Región Metropolitana encontró que el 12,6% de la población escolar de enseñanza media había fumado marihuana alguna vez[3]. Casi una década más tarde, en 2004, la Vicaria Pastoral Juvenil señaló que los consumidores por primera vez habían aumentado a un 40% y a un 63,6% en comunas de la Región Metropolitana como La Cisterna y La Florida. Actualmente, el Primer informe nacional de juventud[4], señala que el 24,2% de los jóvenes declara haber probado algún tipo de droga en algún momento de su vida. Cifras como las enunciadas han dado origen a distintas acciones preventivas, tanto desde el mundo institucional como desde Organizaciones No Gubernamentales. Como ya se dijo debemos considerar la existencia de dos espacios preventivos importantes, siendo uno de ellos el escolar. La relevancia de este espacio se funda en las siguientes razones:

Es sabido que el consumo de drogas se ha ido produciendo cada vez a más temprana edad, lo que hace necesario intervenir prematuramente. En este sentido el Primer informe nacional de juventud señala que el 83,1% de los jóvenes tuvo su primer acercamiento a las sustancias psicotrópicas antes de los 18 años.

Desde el punto de vista de la cobertura, la escuela es un espacio donde los jóvenes son de fácil acceso.

La escuela ofrece la posibilidad de integrar esfuerzos de distintos actores: alumnos, padres, profesores y organizaciones externas.

Por último, la escuela es un lugar de contacto permanente de los jóvenes con su grupo de pares y es reconocida la importancia de estos últimos en el acercamiento al consumo.

FUNDAMENTOS DE LA ESTRATEGIA PREVENTIVA

Lo que esta acción preventiva desarrollada a nivel escolar persigue, es promover en los jóvenes participantes actitudes que favorezcan la toma de decisiones responsables y el despliegue de conductas acordes a estas decisiones, en aquellas situaciones de riesgo que enfrenten que estén relacionadas con el consumo de drogas.

En este contexto, se entiende por situaciones de riesgo aquellas en las cuales los jóvenes son invitados, alentados o presionados a consumir drogas. En este tipo de situaciones, un adolescente informado respecto a los riesgos o posibles consecuencias de determinadas conductas (como adicción en el caso del consumo de drogas) estará más preparado para enfrentar dicha situación protegiéndose de los riesgos implicados.

Es claro sin embargo que lo anterior no basta, ya que otro tipo de variables juegan también un papel relevante en la determinación de las conductas que se despliegan en este tipo de situaciones. Esto se hace evidente si se piensa en lo difícil que resulta explicar y controlar la conducta humana, tarea altamente compleja dado que ella está multifactorialmente determinada.

En el caso de los temas que nos preocupan, variables macro sociales (publicidad, ofertas de drogas, intereses económicos de ciertos sectores, etc.); situacionales (quien invita al consumo, grado de presión del grupo, etc.); y de personalidad (autoestima, habilidades sociales, repertorio conductual, etc.) actúan determinando la conducta e impidiendo la exactitud en su descripción, predicción y control.

Sin olvidar todo esto, y conscientes de sus limitaciones, la presente acción preventiva incluye en su abordaje aquellas variables situacionales y de personalidad que se han señalado como asociadas al problema de la drogadicción y embarazo precoz. En este punto es importante señalar que éstas son básicamente las mismas que influirían en la salud mental en general, ya que están estrechamente relacionadas con el ajuste psicológico y social. Estas son: nivel de información, autoestima, acertividad, uso del tiempo libre, comunicación y relaciones familiares. Abordando estas variables, las sesiones del taller estarán estructuradas de manera tal de promover cambios a nivel cognitivo, socio afectivo y conductual de los participantes, que propendan al fortalecimiento de su salud mental y al desarrollo de actitudes que faciliten su enfrentamiento a aquellas situaciones que lo exponen al consumo de drogas, por una parte; y al despliegue de conductas sexuales riesgosas por otra, de manera informada y en condiciones tales que puedan tomar decisiones responsables, traducirlas a conductas acordes y mantenerlas frente a presiones interpersonales.

PLAN DE ACCION

1. Para poder implementar los talleres de prevención, se capacitara a los profesores en las áreas problemáticas de la drogadicción juvenil; esto se realzara en forma gratuita a través del CONACE:

Formación de docentes

La formación específica del docente en el tema de drogas es fundamental para responder desde una perspectiva educativa a los nuevos problemas que afectan de diferentes formas a la educación.

El profesor ocupa un lugar primordial en el sistema educativo debido al desarrollo de sus funciones, entre las que se encuentra, en la actualidad, el abordaje de la prevención de las drogas.

Para poder desarrollar esa función requiere una formación específica sobre prevención del consumo de drogas, que le capacite para actuar en su práctica educativa, con fundamentos teóricos, estrategias y habilidades específicas.

Se pretende que el docente se transforme en un agente preventivo, protagonista y constructor de espacios educativos saludables.

La capacitación de los docentes se realiza a través de:

  • Sensibilización de actores de la comunidad educativa para generar un compromiso decidido por la prevención de las drogas.
  • Formación de docentes en los programas de prevención de drogas por nivel educativo (“En busca del tesoro”, “Marori y Tutibú”, “Quiero ser”, enseñanza media, etc.).
  • Oferta de capacitación específicas para profundizar temas en relación con la prevención del consumo de drogas, detección e intervención temprana del consumo de drogas, trabajo con familia y otros
  • Becas para diplomados en distintas universidades.

2. Después de haber capacitado a los docentes, se aplicaran las distintas estrategias para abordar el tema en talleres realizados en la hora de consejo de curso y en las reuniones de apoderados, debido a que este tema debe ser abordado en conjunto con el entorno del alumno para obtener buenos resultados.

De ser necesario se realizaran talleres abiertos a los mismos alumnos del colegio, en los cuales se realizaran actividades recreativas complementarias al trabajo realizado por ellos en el horario formal de clases. De resultar positiva la experiencia, este plan podría aplicarse a la comunidad en genera.


[1] Conace

[2] CONACE; INE 2004

[3] Richard et al., en: «Drogas, juventud y exclusión social», Universidad Diego Portales, Santiago, 1994.

[4] Instituto Nacional de la Juventud: Primer informe nacional de juventud, Santiago, 2003. (jóvenes entre 8º basico y 4º medio)

www.conace.cl

El hombre en busqueda del sentido


En este articulo les doy a conocer un libro que lei en el cual nos da un indicio de como ver nuestra vida y de como enfrentar las adversidades.


1.- Descriptor del Libro

Autor : Víktor E. Frankl

Obra : El Hombre en Busca de Sentido

Editorial : Herder

Edición : Vigésima

Primera Edición

Título Original : Ein Psychologe erlebt das Konzentrationslager

Traducción : Versión castellana de DIORKI.

2.- Resumen de la obra:

El autor hace una descripción de las emociones y apatía que se desarrollan en la mente de los prisioneros comunes. El hambre, la humillación y la sorda cólera ante la injusticia se hacen tolerables
a través de las imágenes entrañables de las personas amadas, de la religión, de un tenaz sentido del humor, e incluso a través de la mera belleza estimulante de la naturaleza (un árbol, una puesta de sol).

Ordena su obra en tres fases de las reacciones mentales de los prisioneros: la primera, Internamiento en el campo; la segunda, la vida en el campo; y la tercera fase, después de la liberación. En estas etapas describe sus experiencias y nos comunica todas las formas de torturas y humillaciones, siempre tratando de dar un enfoque psicológico a sus observaciones de las diferentes formas de reaccionar de los seres humanos ante situaciones críticas, sus conclusiones que le permitieron crear la logo terapia.

Primera fase:

Internamiento en el campo

Síntoma característico:

shock

Todos los prisioneros del campo fueron transportados por varios días en tren al primer campo (Auschwitz). Al principio, el buen humor y la esperanza se notaban en los pasajeros. Lo primero que hicieron al llegar al campo fue dividir a los hombres y mujeres, para luego pasar a la primera selección donde los que eran enviados a la izquierda morían en la cámara de gas y los que iban a la derecha se salvaban, a continuación los llevaron a la sala de desinfección dond

e los lavaron, afeitaron (quitándole todos los pelos del cuerpo) y además les quitaron lo poco que poseían. Tenían que dormir amontonados en literas, no se lavaban muy a menudo, ni se cambiaban de ropa en seis meses, además debían mantenerse erguidos y con buena cara para no ser llevados a la cámara de gas.

Segunda Fase: La vida en el campo Síntoma: Muerte emocional (apatía)

A los pocos días los prisioneros fueron adquiriendo una apatía algo así como una muerte emocional donde los prisioneros ya no se asustaban de nada, ni sentían piedad u horror por las cosas que sucedían a su alrededor. También extrañaban a sus seres queridos.

El adormecimiento de las emociones y el sentimiento de que a uno no

le importaría nunca nada eran los síntomas de esta fase. Con este adormecimiento necesario para poder soportar estas condiciones los golpes físicos no significaban nada, sólo el impacto mental causado por la injusticia, por lo irracional de todo aquello.

Los prisioneros repetían al terminar el día: - ¡Ya pasé el día! - y por la noche venían los sueños que por muy malos que fuesen, serían mejores que la realidad de aquel campo.

Todos los prisioneros tenían claros síntomas de desnutrición y debido a esto el alimento era lo más codiciado en el campo. La mayoría de los pensamientos de los prisioneros se concentraban en el alimento y como salvar el pellejo por lo que care

cían de sentimentalismos. Los temas de conversación entre prisioneros se basaban en política y creencias religiosas.

Algunos prisioneros lograban retraerse (los que habían tenido una vida intelectual mas activa) y vivir su yo interno lo que les permitía protegerse del daño intimo que se les infringía.

Ya cuando todo se había perdido, cada prisionero pensaba en su familia y descubría que el amor es la meta más alta a la puede aspirar un hombre.

Todos los prisioneros intentaban desarrollar el sentido

del humor, esto era una especie de truco en el arte de vivir. Este humor les ayudaba a distanciarse lo suficiente para poder soportar las condiciones en las que estaban viviendo. En el campo de concentración todos se conformaban con poco (por ejemplo, cuando les tocaba ir a un trabajo en el que los maltrataban menos o caminaban menos), ya que tenían que estar satisfechos de estar aún con vida. La soledad no se dejaba notar, ya que siempre se encontraban guardias en todos lados. Después de todos estos sentimientos, venían los planes de fuga.

Otra característica del estado psíquico de los prisioneros era la irritabilidad, ya que el hambre y la falta de sueño contribuían a su aparición. Las experiencias de la vida en el campo, demuestran que el hombre tiene capacidad de elección. La máx

ima preocupación de los prisioneros se resumía en una pregunta: - ¿Sobreviviremos en este campo de concentración? - .

El destino debe ser aceptado por todos los hombres y estos pueden conservar su valor, su dignidad, su generosidad, su bondad etc. ya que en un campo de concentración, no todo puede perderse. Todos los que han asistido y estado en un campo concuerdan en señalar que la influencia más deprimente era que no sabían cuanto tiempo iba a durar el encarcelamiento. En un campo de concentración, el prisionero que pierda la Fe en el futuro, está condenado. Pero el sentido de la vida en un campo de concentración era luchar contra la muerte o este sentimiento. La suerte de los prisioneros, consistía en gozar condiciones favorables o menos favorables.

Tercera Fase: Después de la liberación.
Síntoma: Despersonalización, amargura y desilusión.

Cuando fueron liberados, no lo podían creer, se atrevían a salir tímidamente del campo, sin saber qué hacer ni qué decir; repetían que eran libres sin entender mucho lo que eso implicaba: el concepto de libertad había perdido su significado. Del mismo modo, habían perdido la capacidad de alegrarse. Los prisioneros recién liberados necesitaban ayuda ya que tenían un estado moral deformado por las atrocidades que sufrieron. También se experimen

taban amargura, que se experimentaba cuando al volver a la vida normal, se le recibía con cierta superficialidad y falta de sentimientos (ej. Se le recibe con frases como: nosotros también sufrimos, no sabíamos nada de lo que estaba pasando contigo; dejaban una sensación de cierta crueldad). La desilusión, estaba más referida a la crueldad sentido de parte de su propio destino, como por ejemplo cuando se daba cuenta de que ese algo o alguien por lo que había mantenido las esperanzas, ya no estaba (ej. El que estaba viviendo por un hijo, y al volver, se da cuenta de que murió). La experiencia final del hombre que vuelve a su casa es la maravillosa sensación de que ya n hay nada que temer, salvo a su Dios.

En la Parte segunda ofrece Los conceptos básicos de logó terapia que mira más bien al futuro, a los cometidos y sentidos que el paciente tiene que realizar. La logó terapia se centra el en significado de la existencia humana, así como en la búsqueda de dicho sentido por parte del hombre.

De acuerdo con la logo terapia, la primera fuerza que motivan a el hombre es la lucha por encontrar un sentido a la propia vida; por eso habla de voluntad de sentido, en contraste con el principio de placer o voluntad de placer, en que se centra en psicoanálisis Freudiano, y en contraste con la voluntad de poder que enfatiza la psicología de Adler.


4.- Seleccionar y enumerar cinco de las ideas centrales:

  1. La existencia desnuda como única posesión.
  2. Ausencia de sentimentalismo como herramienta de protección.
  3. Libertad espiritual; la salida al sufrimiento
  4. Aceptación del destino, una oportunidad, un regalo.
  5. El verdadero sentido de la vida. Propio de cada ser humano

5.- Selección dos ideas centrales y desarrolle comentario crítico de éstas.

La existencia desnuda como única posesión.

Como dice en el texto, la situación en la que se encuentran los prisioneros, completamente desnudos, sin ninguna posesión material mas que su propia existencia física, nos hace recordar como vinimos a este mundo en el cual nos hacemos creer que somos dueños de todo a nuestro alrededor cuando en realidad la única posesión que tenemos es nuestra alma, ya que todo lo demás es prestado. A través de esta experiencia vivida por el autor se pudo dar cuenta de lo que realmente es nuestro y que no se nos puede quitar.

Libertad espiritual; la salida al sufrimiento.

Existen muchas maneras de soportar el sufrimiento, pero la presentada en el libro es una en la cual el individuo se abstrae, analizando que no solo existe la libertad física o de acción, si no que también existe la libertad espiritual, esa capacidad de decidir en ultima instancia como reaccionar ante el medio, o de cómo o que tipo de persona ser. Esto nos lleva a extrapolar la libertad espiritual como el albedrío que es la posibilidad de elegir entre lo bueno y lo malo, como dice en el texto, los prisioneros podían elegir de que manera morir (morir dignamente siguiendo sus principios o morir utilizando todo medio para mantenerse con vida el mayor tiempo posible), sus captores no podían privarlos de esta elección y esto les significaba una satisfacción. A través de este medio el hombre puede elevarse de entre el sufrimiento para refugiarse en lo espiritual (religioso) y obtener consolación divina. En el texto se mencionaba que los prisioneros demostraban una gran fe como no se veía nunca, esto por que como solo les quedaba su libertad espiritual así usaban la fe como apoyo en su sufrimiento y les daba animo de resistir las flagelaciones.

6.- Comentario Personal del texto, con aplicación a la realidad educativa

El texto me pareció muy interesante, debido a que no había leído respecto a los aspectos psicológicos que iban sucediendo a los prisioneros de los campos de concentración, pero si he leído sobre lo que pasaba en ellos y me costaba imaginar como habían soportado tales atrocidades. La lectura de este libro me fue muy aclaratoria y por lo mismo agradable de leer.

El autor presenta varias perspectivas de cómo pasaron y soportaron el sufrimiento los prisioneros y estoy de acuerdo con las decisiones tomadas por el autor pero quizás no hubiera dejado que todo fuera “por destino”, hubiera tomado decisiones que pensara que fueran mejores para mi porvenir. Pero si estoy totalmente de acuerdo que jamás hay que dejarse vencer y hacer frente a lo que se venga. Otra de las ideas que encontré muy relevantes es la de que en los grupos que sean (captores o prisioneros) se encuentran personas buenas y personas malas; esto es muy cierto y se aplica a todo ámbito social, no se puede catalogar una persona por pertenecer a un grupo, solo se le puede catalogar por lo que es y por sus acciones.

Este libro puede resultar de gran ayuda para darnos cuenta de que realmente no estamos al limite del sufrimiento o que ya no se puede resistir mas, nos ayuda a ver otra realidad en la cual todo se ha perdido y aún así se puede salir adelante fijando el sentido de nuestra vida, también puede ayudar en la educación para orientación de los jóvenes, durante el cual perdemos la noción de lo importante de nuestro ser (Durante la pubertad), mas pocos se dan cuenta de lo realmente afortunados que somos, pues siempre existe un algo o alguien que le da o dará sentido y esperanza a nuestra vida.